Con motivo de la celebración del Día mundial de la concienciación del autismo el pasado 2 de abril, nos queremos acercar un poquito más a esta enfermedad y a la situación de las personas que la sufren en Camerún, donde nuestra asociación desarrolla sus actividades.
El autismo se define como un trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior. Debido a que sus formas clínicas son muy diversas, hoy en día se habla de espectro del autismo más que de autismo como un trastorno unitario. La enfermedad tiene un origen neurobiológico y se manifiesta durante los primeros 30 meses de vida. Aunque actualmente no existe una cura para esta enfermedad, la situación de los pacientes mejora considerablemente gracias a intervenciones educativas tempranas de conducta, cognición y habla.
El pasado jueves pudimos ver cómo monumentos emblemáticos de todo el mundo (www.autismspeaks.org/news/news-item/global-landmarks-light-it-blue-world-autism-awareness-day-2015) desde la Gran Esfinge de Guiza en Egipto, hasta el Empire State Building de Nueva York, se iluminaron de azul para celebrar el Día mundial de la concienciación del autismo. Este gesto simbólico se enmarca dentro de la campaña Light it up blue para concienciar y sensibilizar a la población del problema del autismo.

Según la Confederación Autismo España, se calcula que en nuestro país unas 350.000 personas padecen trastornos del espectro del autismo que, por desgracia, hoy en día, se siguen enfrentando a situaciones de discriminación. Afortunadamente, gracias a este tipo de iniciativas y al apoyo de distintas organizaciones, la situación de las personas que sufren esta dolencia ha mejorado en los últimos años.
Sin embargo, la situación en Camerún dista mucho de esta realidad que se vive en los países más desarrollados. Como bien se explica la autora de este este artículo (La delgada línea entre el autismo y la brujería en Camerún: www.africaontheblog.com/the-thin-line-between-autism-and-witchcraft-in-cameroon), en este país africano, como en muchos otros países del continente, el autismo se percibe en muchas ocasiones como un castigo divino, algo sobrenatural o simplemente un caso de brujería. Este desconocimiento hace que las personas que sufren autismo se enfrenten a situaciones de discriminación, estigma, rechazo e incluso abandono por parte de la sociedad en general y, en muchos casos, de sus propias familias.
Para hacer frente a este desconocimiento, uno de los objetivos principales de nuestra asociación es la concienciación sobre el terreno tanto de las familias, como del entorno de los niños que sufren esta enfermedad mental.
Desde Mirando por África en España creemos que este es el primer paso para que las familias tomen conciencia del problema y comprendan que sus hijos, con una educación y apoyo adecuados, pueden tener una vida digna llena de oportunidades.